miércoles, 1 de julio de 2020

Felices vacaciones.

FELICES VACACIONES.

Carta de despedida de la directora al alumnado de 6º


Queridas alumnas y alumnos de 6º

Sois la doceava promoción del CEIP Huerta de Sta Marina, terminando vuestra Primaria de una forma inaudita, como nunca antes sucedió.

Estamos ya en el tiempo de la despedida y como todo es tan extraño todavía, tenemos que inventar una nueva forma de hacerla, alargándola hasta el momento en que podamos concluirla viéndonos tod@s junt@s y ojalá con un abrazo.
Este año vuestra despedida coincide con la mía, por eso es muy especial y aún más emocionante para mí.

Algunos lleváis en el colegio 9 años, otros habéis venido más tarde… para mí son 12 años de directora que voy a dejar atrás.
Cuando se acaba una etapa de la vida y se va a empezar otra, es un buen momento para sacar algunas conclusiones sobre lo aprendido. Yo quiero compartir con vosotr@s algunas de las que estoy apuntando en mi diario, por si os pueden ayudar.
 Estoy muy contenta y agradecida por todo lo que disfrutado y aprendido en este colegio gracias a vosotr@s , a mis compañer@s, y a todas las familias.

Se me ha ocurrido una imagen para resumirlo y contar cómo me he sentido durante estos años.  Diría que he estado viajando continuamente entre dos mundos paralelos, uno que llamo “Quejilandia” y el otro “Gratilandia.  He aprendido a hacer una especie de mapa con señales  que me sirven para darme cuenta  de en cuál de ellos estoy y así poder decidir si me quedo allí más tiempo o si quiero cambiarme. La conclusión es que, gracias a estas señales, ahora consigo salir muy rápido de Quejilandia, aunque a mi pesar, todavía vuelvo a menudo.

Cuando estoy en Quejilandia, lo más llamativo para darme cuenta, es que me siento cansada y con miedo de fallar o hacer las cosas mal.  Las frases que están continuamente en mi cabeza son: “Tengo que preparar…, tengo que hacer…, tengo que ayudar…, tengo que conseguir…, tengo que leer… Es una lista pesada de obligaciones que me agobian y me impiden disfrutar de lo que hago.

Sin embargo, un pequeño y sutil movimiento dentro de mí y me desplazo a otro mundo donde el trabajo no me cansa apenas y me siento tranquila, confiada en que, sea como sea, estará bien. En mi cabeza ya no hay obligaciones sino deseos, me digo: Quiero vencer mi pereza…, quiero cumplir el plazo que me han dado …, quiero ayudar a esta persona…, quiero conseguir que funcione aunque me cueste…, quiero aprender a tener más paciencia”.  Son deseos que elijo porque quiero y entonces el esfuerzo no me pesa. 
Claro que preferiría quedarme en Gratilandia para siempre,  sin embargo me doy cuenta que he vuelto a Quejilandia, cuando otra vez me siento frustrada e impotente por no poder solucionar los problemas que veo, entonces me centro en mirar lo que no funciona y pienso que me falta de todo, que soy torpe y lenta, además me enfado con la torpeza de los demás, siento que no me escuchan, que no me hacen caso, que no sirve lo que hago o digo….  ¿Cómo salir de ahí? A veces el malestar es tan adictivo que no quiero salir, solo contárselo a alguien y que me escuche… Pero siempre me llega un momento en el que me canso de mis quejas… y recuerdo que hay otro mundo.  Ante la misma situación puedo fijarme en lo que sí funciona,  empiezo a darme cuenta de que tengo cosas muy valiosas, por ejemplo que mi corazón funciona perfectamente, que puedo respirar, que no me duele nada, pienso en las personas que me apoyan y me quieren, que cada día en mi trabajo puedo escuchar la risa de l@s niñ@s jugando (menos en el confinamiento claro y lo he echado muchísimo de menos desde luego) … 
 
Así desaparece la preocupación y en ese momento, todo parece funcionar solo, con una fluidez que me sorprende. Me entra una alegría enorme ante las cosas más sencillas, como veros saludándoos en las filas del patio por las mañanas,  el olor del azahar en la entrada al gimnasio mientras ayudo a un niño a quitarse los zapatos, la algarabía de voces cuando bajáis por las escaleras para ir al recreo, las flores de la jacaranda que se acumulan en el suelo, una niña que me sonríe al entrar …  
Me he preguntado a menudo, cómo conseguir quedarme en Gratilandia. Estoy contenta porque cada vez paso más tiempo allí; trabajar en este colegio me ha ayudado muchísimo, es un verdadero privilegio y orgullo haber compartido un Sueño con personas como las que aquí han estado o están.
A vosotr@s quiero agradeceros muchas cosas, pero especialmente las ilustraciones y las ideas tan ingeniosas que nos han permitido editar un folleto y un juego de cartas, que espero ayuden a muchos niñ@s a identificar sus conflictos y salir de ellos.

Pero aún me falta mucho que aprender todavía para evitar volver al mundo de las quejas. De momento estoy satisfecha con saber salir lo más rápido posible.
 Los detalles que os estoy contando son pistas que he encontrado para conseguirlo.  Pero me falta contar el detalle más importante, del que me habéis oído hablar muchas veces; a mí me ha costado muchísimo practicarlo, por eso precisamente es con el que más he aprendido. Puedo decir que ha sido el reto más difícil y del que me siento más orgullosa.
Tiene que ver con el rechazo que he sentido hacia algunas personas con las que he trabajado en estos 12 años, porque pensaban distinto o eran muy diferentes de lo que yo esperaba.  En esas ocasiones hubiera preferido trabajar solo con personas que me gustaban y que querían lo mismo que yo.  No podía evitar enfadarme.  Y era una enorme contradicción, porque yo siempre he defendido que la diversidad es riqueza, que hay que aprender a trabajar en equipo no solo con l@s amig@s, no solo con las personas que se te parecen.

Gracias a esas situaciones incómodas, he conseguido mirar con respeto a alguien que me cuestiona, que me

  obliga a revisar mis planes haciéndolos más grandes, para que quepan más ideas; me confrontaba con mi dificultad  para gestionar la frustración obligándome a buscar otros caminos; me dieron la oportunidad de aprender a ceder, cambiando lo previsto; forzaron mi creatividad para desarrollar nuevas estrategias….
Gracias a esas dificultades he podido entender el significado de “nadie sobra”, eran mi oportunidad para superarme… y cuando he conseguido mirar a esas personas con verdadero agradecimiento, algo grande ha pasado dentro de mí de lo que me siento orgullosa.  
No creáis que al colegio solo vienen a aprender los niños y niñas, los adultos también.   Tod@s estamos aprendiendo a comunicarnos con respeto y cada paso que avanzamos nos ayuda a estar más felices. Ese es el premio.
Sé que vosotr@s habéis aprendido mucho también y os felicito por ello. Ojalá podáis permanecer en la felicidad del agradecimiento todo el camino que os queda por delante.
Ahora este colegio se os ha quedado pequeño y l@s que os hemos visto crecer en estos años, observamos con orgullo cómo el futuro en el instituto os provoca sobre todo curiosidad e ilusión y nos alegramos de corazón porque estamos segur@s de que os va a ir muy bien.
Yo también continuaré mi camino en otro lugar, llevándoos en mi corazón con mucho cariño y a todas las personitas preciosas con las que he compartido estos años en el colegio Huerta de Santa Marina, nuestro colegio para siempre.  
                      

                                              Maribel Vidaller Ferró

Despedida de la directora a las familias.


Queridas familias del CEIP Huerta de Sta Marina

Hace doce años se creó este colegio gracias al empeño firme de un grupo de familias del barrio que lucharon para que así fuera.

El equipo docente y no docente que trabajamos aquí, nos sentimos orgullosos y agradecidos por poder desarrollar un proyecto educativo en él.

En estos años hemos logrado definir su identidad y consolidar una propuesta que despierta la confianza de muchas familias. Es el fruto de una gran suma de voluntades y esfuerzos en el que he tenido el privilegio de participar como directora, siempre arropada por mi equipo directivo. Hemos apostado por la inclusión, por el aprendizaje de la participación responsable, por la educación medioambiental, por la mejora de los resultados académicos a través de la creatividad y sobre todo por la convivencia respetuosa. En todos estos ámbitos hemos dado pasos importantes con buenos resultados.

Desde sus inicios, gestionar la participación activa, respetuosa y responsable de todas las personas que forman parte -alumnado, personal docente y no docente, familias, voluntariado…- ha sido uno de los aspectos más importantes del trabajo de dirección, una clave del proyecto educativo que definimos y por el que hace 6 cursos decidimos constituirnos en Comunidad de Aprendizaje.

En el preámbulo del proyecto recogíamos esta historia como un símbolo en el que veíamos reflejados nuestros sueños:

“La ciencia ha descubierto el por qué los gansos vuelan juntos. Vuelan formando una "V", porque cada pájaro al batir sus alas, produce un movimiento en el aire que ayuda al ganso que va detrás de él. Volando en V, todo el grupo aumenta por lo menos en un 70% su poder de vuelo, comparado a que cada pájaro lo hiciera solo.

Debemos considerar que la unión hace la fuerza. Cada vez que un ganso se sale de la formación y siente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de volar solo y de inmediato se reincorpora al grupo, para beneficiarse del poder del compañero que va adelante.

Unidos vencemos, divididos caemos. Cuando un líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar.

Todos debemos estar dispuestos a asumir responsabilidades. Los gansos que van detrás producen un sonido propio de ellos y lo hacen con frecuencia para estimular a los que van adelante para mantener la velocidad.

 Una palabra de aliento incrementa las fuerzas. Cuando un ganso enferma o cae herido, dos de sus compañeros se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo, y se quedan con él hasta que esté nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere.”

Página 2/2
 

Cada persona de esta Comunidad ha tenido y tiene una parte importante e imprescindible de responsabilidad en el buen desarrollo de todo el proyecto, hemos conseguido conformarnos como un gran equipo. No hubiéramos llegado tan lejos si no fuera así ….

Las llegadas y despedidas forman parte del proceso vital de renovación de cualquier equipo.

Al igual que al alumnado de 6º que le ha llegado su momento de pasar al instituto, para mí ha llegado el momento de cambiar de posición y colocarme en un puesto de atrás, dejando el espacio libre para que otras personas puedan asumirlo.

En el árbol de los sueños que redefinimos en septiembre de 2019, quedan muchos pen- dientes por cumplir. Esta comunidad tiene por delante un largo camino; para poder re- correrlo con la energía necesaria y con una mirada renovada, ahora es el momento de pasar el testigo a un nuevo equipo directivo que pueda liderarlo.

Quiero agradeceros la enorme generosidad que siempre he percibido entre las familias de este colegio. Desde su inicio, la gran mayoría habéis aportado vuestra colaboración con una mirada puesta hacia el bien común. Eso no es tan frecuente encontrarlo y aquí ha sido una evidencia confirmada año tras año.

Es muy admirable y necesario reconocer el trabajo realizado en este sentido, por las personas que han sostenido y sostienen el AMPA Somos Escuela. En mis doce años de dirección siempre he sentido que éramos un único equipo. He aprendido mucho gracias a esas personas comprometidas que además de madres y padres se han comporta- do como ciudadan@s responsables trabajando para mejorar la situación no solo del colegio, sino también del barrio.

La vida sigue y se renueva en esta hermosa huerta.

El nuevo equipo directivo está ya preparándose con ilusión para asumir el gran reto del nuevo curso, que se presenta bien complejo.

Confío plenamente en su capacidad y en que será arropado y recibirá el aliento necesario para superar todos los desafíos.

Yo continuaré mi camino en otro lugar, llevándoos en mi corazón y muy especialmente  a vuestros hijos e hijas, con las que he aprendido y disfrutado tanto en estos años en  el colegio Huerta de Santa Marina, mi colegio para siempre.

Maribel Vidaller Ferró