Estimada Comunidad
Educativa, hoy nos reunimos para celebrar el día de la paz. Desde la comisión
de coeducación y convivencia y desde el profesorado queremos que estos sean unos
momentos para reflexionar juntos sobre la importancia de la paz y sobre nuestra
contribución a ella.
Como escuela que somos, debemos defender que pocas
cosas son más importantes para la paz que la educación, una educación que nos
hace libres y que debería hacernos justos
y solidarios.
El primer contacto importante que tenemos con
los otros y nuestras diferencias, fuera de nuestro nido familiar, se produce
durante el período escolar de Infantil y Primaria, es aquí en el colegio donde
sentamos las bases para aprender a convivir.
Y eso, a la vez tan sencillo y complicado, es
la paz: convivir en la comprensión y el respeto con los que nos rodean. Algo tan
necesario y obvio, pero que a veces cuesta mucho a algunos gobernantes,
que sacrifican la paz y la educación a otros intereses, y a veces tambien a nosotros mismos que no siempre somos
capaces de comprender al otro y ponernos en su lugar.
Por eso como Comunidad Educativa debemos
trabajar día a día en la resolución pacífica de conflictos, como día a día
trabaja la joven premio Nobel de la Paz Malala Yousafzai por la paz y la educación.
Malala esa valiente joven que arriesgó
su vida por la libertad de las mujeres a estudiar. Por eso hoy en homenaje la
valentía de esta mujer y de tantas otras y de tantos hombres que arriesgan su
vida en diferentes partes del mundo por defender por la igualdad, la justicia y
la paz, firmaremos todas y todos con nuestro nombre bajo la lúcida frase que Malala pronunció ante el banco
mundial para hacerla nuestra:
“SI
SE QUIERE ACABAR LA GUERRA
CON OTRA GUERRA NUNCA SE ALCANZARÁ LA PAZ.
EL
DINERO GASTADO EN TANQUES, ARMAS Y
SOLDADOS, DEBERÍA GASTARSE EN LIBROS,
LÁPICES, ESCUELAS, MAESTRAS Y MAESTROS”
MALALA YOUSAFZAI
(Discurso ante el
Banco Mundial)
Tristemente parece que a ciertos poderes no
les interesa invertir en educación en vez de en armas, por eso nosotros desde
nuestra priviliegiada “escuela en paz” pondremos todos nuestros esfuerzos para
defender la educación, la justicia, la paz y la libertad.
La libertad, es el otro gran componente de la
paz, la libertad de poder ser nosotras y nosotros con nuestras singularidades y
nuestras opciones personales y la
libertad de poder expresar nuestras ideas, a la vez que respetamos la libertad
de los demás para expresar y defender las suyas.
Me gustaría para acabar leyéndoos un fragmento de un poema del gran poeta turco
Nazim Hikmet. Hikmet cuya vida fue una periódica odisea de injustos encarcelamientos, que pretendían ahogar sus
deseos de igualdad social. En unas de
las sus estancias fuera de la cárcel, mientras su mujer estaba embarazada,
Hikmet se despertó a la una de la mañana, no podía dormir por la angustia de no
saber que pasaría con su hijo en un futuro y escribió un bellísimo poema del
que os leo el fragmento:
“…
Mi pequeño
si llegara a ser
niña
que de pies a
cabeza se parezca a su madre
Si es muchacho
que tenga mi
estatura
Si es niña
que de color
avellana sean sus ojos
Si es muchacho
que su mirada
sea intensamente azul
Mi pequeño,
no quiero que a los veinte años lo maten,
si es muchacho,
en el frente
si es niña,
en plena noche, en los refugios.
Mi pequeño,
sea niña o muchacho
no importa a
cuál edad,
no quiero que lo
metan en la cárcel
por amar la
justicia, la paz y la belleza
…”
Todos
los que estamos de acuerdo con la frase de Malala pondremos nuestro nombre
debajo, y practicaremos la paz cada día.
¿Y cómo acabar con nuestras peleas de cada
día? ¿Con más peleas?
Cuando sentimos que alguien nos hace daño,
muchas veces nos entran ganas de lastimarle también… Y eso es una respuesta
fácil, con la que conseguimos estar mucho peor.
Si queremos encontrar respuestas que nos
ayuden a estar en paz tenemos que aprender a usar las palabras adecuadas… Y
para eso estamos en la escuela…
Sevilla 29 de enero de 2016
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